miércoles, 3 de diciembre de 2014

Fue la dictadura donde hubo mas muerte e injusticias.

GOBIERNOS DICTADORES DE LA REPÚBLICA DOMINICANA.

Gobierno de Rafael Leonidas Trujillo.
Había ingresado a la Guardia Nacional durante los años de ocupación. Allí se entrenó con los norteamericanos e hizo carrera, aprovechando sus sucesivos ascensos para enriquecerse e ir acumulando poder con el pretexto de servir a Horacio Vásquez. En 1929, un estudio administrativo-financiero realizado por estadounidenses contratados por el presidente de la República descubrió las formas en que Trujillo, valiéndose de su posición de jefe del Ejército, se hacía con el dinero de la dependencia que dirigía. Vásquez hizo caso omiso de las recomendaciones que le dieron y dejó a Trujillo en el cargo.
Luego de que Trujillo y su aliado Estrella Ureña dieran el golpe de Estado el 23 de febrero de 1930, procedieron a organizar las elecciones del 16 de mayo. Una de las candidaturas presentaba a Trujillo para presidente y a Estrella Ureña para la vicepresidencia, apoyada por una buena parte de las elites nacionalista, liberal y republicana del país; en tanto que la segunda presentaba a Federico Velázquez y a Ángel Morales a la presidencia y vicepresidencia.
La campaña electoral se condujo bajo el clima de terror producido por Trujillo y su banda paramilitar “La 42” (dirigida por el mayor del ejército Miguel Ángel Paulino), dedicada a perseguir, intimidar y matar. Hasta los miembros de la Junta Central Electoral se vieron forzados a renunciar el 7 de mayo, siendo sustituidos por personas que respondían a la voluntad del que ya era dictador. Así, el día 24 de mayo de 1930 se proclama a Rafael Leonidas Trujillo Molina como presidente de la República.


Monopolios. Si durante la jefatura del ejército Trujillo supo obtener grandes beneficios económicos, la presidencia le daría la oportunidad de convertir al país en una finca de su propiedad:

•  Sal. En 1931 se adueñó de la producción y venta de sal al prohibir la explotación de salinas marítimas y obligar a la población a consumir la de las minas de Barahona controladas por él. Esto le reportaba unos 400,000 pesos netos anuales.

•  Carne. Se hizo cargo de las carnicerías de la ciudad de Santo Domingo, las que le proporcionaban ingresos anuales de unos 500,000 pesos.

•  Arroz. Prohibió la importación de arroz y sólo permitió el consumo del arroz criollo que distribuía una de sus tantas empresas personales.

•  Leche. Controló la venta y distribución de los productos lácteos a través de la Central Lechera.

•  Tabaco. Obligó a los dueños de la Compañía Anónima Tabacalera a venderle acciones y, posteriormente, a cederle la propiedad casi entera de la empresa.

•  Calzados. Prohibió andar descalzos a los ciudadanos, debiendo éstos comprar sus zapatos a la Fábrica Dominicana de Calzados, que era de su propiedad.

•  Pintura. Dispuso la obligatoriedad de pintar las casas cada año, con lo
que se aseguraba el buen rendimiento de su empresa Pinturas Dominicanas.

•  Azúcar. A partir de 1948 comenzó a invertir en el sector azucarero, para lo cual despojó a pequeños campesinos de sus tierras y compró los ingenios de capital estadounidense. En 1955 tenía los ingenios
Porvenir, Ozama, Amistad, Monte Llano, Barahona, Consuelo, Quisqueya, Boca Chica, Las Pajas, Santa Fe, Catarey y Río Haina.

Matanza de haitianos del 37 y “dominicanización” de la Frontera. Una masa silenciosa de haitianos vivía en la República Dominicana, atraída por la tierra y por el trabajo. La industria azucarera se sustentaba en gran medida en sus brazos; mientras que el asentamiento en las tierras fronterizas abandonadas por los dominicanos era un hábito de más de un siglo de edad que no había podido ser detenido. En 1937, la moneda haitiana circulaba hasta el pueblo de Mao en el Cibao, hasta Azua en el Sur, y era aceptada en los comercios de Santiago.

En octubre de ese año, tras un discurso de Trujillo en la ciudad fronteriza de Dajabón, el dictador dio órdenes de asesinar a todos los haitianos que se encontraban en el territorio nacional. Murieron unas 18,000 personas. Únicamente pudieron salvar la vida los que alcanzaron a cruzar la frontera o los que fueron protegidos por los ingenios azucareros.

El genocidio levantó la repulsa internacional y Trujillo, calificando el caso como “conflictos fronterizos”, pagó al gobierno haitiano una “compensación” de 750,000 pesos dominicanos.

A partir de entonces se efectúa una especie de cruzada por la “ dominicanización” de la frontera, promoviéndose la repoblación de la zona con familias dominicanas a las que se entregaron tierras, y con la creación de provincias que por vía administrativa ligaron las regiones fronterizas a la Capital de la República.

Opresión. La masacre de los haitianos fue parte de un régimen de terror que afligía y desangraba a los dominicanos. El país era una gran cárcel en donde la vigilancia, el control, la tortura y los asesinatos constituían el orden del día. Nada que no fuera el servilismo, la aceptación sin más de la voluntad del tirano, era permitido.



Numerosos instrumentos servían para mantener sometidos no sólo a los adversarios políticos y a la población en general, sino incluso a sus propios colaboradores. Entre estos instrumentos se destacan el Ejército, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), grupos como la Guardia Universitaria, la Juventud Trujillista, y mecanismos como la obligación de afiliarse al Partido Dominicano, el servicio militar obligatorio y todo el sistema escolar. Una de las estrategias fundamentales consistió en infiltrarse en la vida cotidiana de los ciudadanos a través de una red de “calieses” o espías que hacían cualquier cosa con tal de ganarse el favor del “Jefe”. Pero su éxito mayor estuvo en el hecho de poner a los ciudadanos en la permanente disyuntiva de colaborar activamente con el régimen o de lo contrario exponerse a ser calificado de “desafecto” y sufrir las consecuencias.

Oposición. Hubo resistencia y oposición política a pesar de la tiranía. Distintas organizaciones clandestinas y sindicales surgieron una vez entrada la década del cuarenta: Partido Democrático Revolucionario Dominicano (1943), Partido de la Juventud Revolucionaria (1944), Partido de la Unión Patriótica Revolucionaria, Partido Socialista Popular (1946), la Federación Local del Trabajo (creada por Mauricio Báez), el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD).

La actividad sindical tuvo un momento de auge en su lucha contra la dictadura entre los años 1942 y 1946, cuando llegaron a existir 113 sindicatos y se organizó una huelga en los ingenios de La Romana y San Pedro de Macorís que afectó todo el este del país.
Juan Bosch, Juan Isidro Jiménez Grullón, Juancito Rodríguez, Miguel Ángel Ramírez, Horacio Julio Ornes Coiscou, Tulio Arvelo, Rolando Martínez Bonilla y Miguel Ángel Feliz Arzeno son algunos de los nombres de los dominicanos que desde el exilio enfrentaron a la dictadura.

Particular mención merecen las expediciones de patriotas de Cayo Confites, Luperón, y la de Constanza, Maimón y Estero Hondo. La primera, organizada desde la provincia cubana de Camagüey, fue abortada en 1947 debido a la presión que el gobierno estadounidense ejerció sobre el gobierno de Cuba. La de Luperón fue planeada desde Guatemala, y tenía por propósito el ataque de diferentes objetivos militares, aunque sólo un grupo expedicionario pudo alcanzar las costas dominicanas por la bahía de Luperón, recibiendo el embate de la milicia trujillista (junio de 1949). Diez años después, en 1959, se produce la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, preparada por el Movimiento de Liberación Dominicana desde la provincia cubana de Pinar del Río, donde los revolucionarios estuvieron entrenando durante tres meses.



Aunque la avanzada de junio de 1959 fue abatida, incidió en un súbito fervor de la disidencia política en el país, la cual se vio alentada además por el triunfo de la Revolución Cubana y el deterioro manifiesto de la dictadura expresado en el frustrado intento de asesinato del presidente de Venezuela Rómulo Betancourt, el rompimiento con la Iglesia Católica y la escalada de crímenes horrendos que en su desesperación cometían los esbirros del régimen.
Uno de esos crímenes fue el cometido contra las hermanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz, quienes fueron salvajemente asesinados el 25 de noviembre de 1960.


Ajusticiamiento. La noche del 30 de mayo de 1961, un grupo de antiguos funcionarios y militares del gobierno de Trujillo atacó al dictador cuando salía de la ciudad para dirigirse a su “Hacienda Fundación”, en San Cristóbal. Entre los conspiradores estaban Juan Tomás Díaz, Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barreras y Luis Amiama Tió.

Eladio Victoria y los Quiquises

Eladio VictoriaEl 19 de Noviembre de 1911, el asesinato del Presidente Ramón Cáceres, puso fin al interregno de orden que se había logrado desde su ascenso al poder en enero de 1906 como vicepresidente del renunciante Morales Languasco, "el Presidente que se derroco el mismo" y habría de desatar de manera extrema los demonios de la anarquía y del Concho Primo que la férrea voluntad y mano dura del Presidente asesinando había mantenido controlado.

Como no existía el cargo de vicepresidente, eliminado en la reforma constitucional del 1908, el poder recayó nominalmente en el Consejo de Secretarios de Estado, hasta que el Congreso designara mediante una ley a un nuevo Presidente provisional que ejercería sus funciones de manera provisional, hasta que mediante elecciones fuera electo un nuevo presidente constitucional.
Alfredo VictoriaSin embargo, en esta coyuntura histórica, el poder real lo detentaba la figura del Jefe de la Guardia Republicana, creada durante el Gobierno de Morales pero organizada y solidificada en la práctica en el Gobierno de Mon. Esta era dirigida por el General Alfredo Maria Victoria, un joven que no llegaba a los 30 años, una vez calificado por Ramón Cáceres” como “el pollo de calidad que estaba criando para echárselo a los guapos”, y quien, se puede decir sin equivocación, que comandaba el ejercito mas disciplinado y mejor equipado que el país había conocido hasta la fecha.


En un primer momento los grandes caudillos Juan Isidro Jiménez y Horacio Vásquez permanecieron en el extranjero y pidieron prudencia y tranquilidad a sus seguidores pues ninguno quería ser ligado al magnicidio de Cáceres y ambos publicaron cartas públicas llamando a la paz y a la concordia, incluso Jiménez apoyo de manera abierta durante los primeros meses a Los Victoria.

Federico VelasquezMientras a lo interno, quien fuera la mano derecha de Cáceres, y el mas poderoso funcionario de su Gobierno, el Secretario de Hacienda Federico Velásquez, parecía correr por el carril interno para ser elegido Presidente por el Congreso, pero el general Alfredo Victoria, tenia otros planes, pues ambicionaba quedarse en el poder y como primera medida se opuso totalmente a la elección de Velásquez de una manera tan decidida, que este temiendo por su vida se asilo en la legación Haitiana y abandono el país, hacia Saint Thomas donde se unió a Horacio Vásquez

Como no cumplía con la edad mínina requerida por la Constitución de 1908 para ser presidente del país, (en su articulo 48, estipulaba la edad de 35 años), le ofreció el puesto a Manuel Cáceres, hermano del Presidente asesinado quien la rechazo, proponiendo entonces a su tío Eladio Victoria (don Quiquí), a la sazón Senador por Santiago y persona que el entendía podría manipular a su antojo.
Coronó su plan con éxito y a principios de diciembre de 1911, logro imponer, contando con el apoyo de los congresistas horacistas en la votación del Congreso a su tío Eladio Victoria, sobre Federico Velásquez por un voto, como presidente provisional por dos meses, iniciándose así el “régimen de los Victoria”, donde Alfredo ocupo simultáneamente los Ministerios de Guerra y Marina y el de Interior y Policía.
Un mes después mediante una falsa electoral consiguió la elección de don Eladio como presidente constitucional quien se juramento el 27 de febrero de 1912, iniciando así un Gobierno que seria enfrentado de inmediato por los horacistas y jimenistas durante todo el resto del año de 1912, conocido como el “Año Rojo” por los historiadores por las numerosas vidas y destrucciones de propiedades que ocurrieron durante la revolución de los Quiquises, como el pueblo llamo a los combates que se sucedieron entre las tropas de Don Quiquí, apodados Quiquises y la oposición.

Artilleria en la Puerta del Conde
Ya a principios de diciembre de 1911 desembarco en las costas Este, una expedición organizada en Puerto Rico por el Ex-presidente Morales Languasco, que fue rápidamente derrotada y sus integrantes hechos prisioneros luego del primer encuentro con las fuerzas del gobierno y encerrados en la Torre del Homenaje en la ciudad capital.
Como nota curiosa mencionare que se dice que Morales Languasco era llevado todas las noches a la casa Presidencial donde cenaba con el Presidente Eladio Victoria, quien había sido su ministro de Fomento en su gobierno en el 1904.

También a finales de Diciembre en la ciudad de Santiago se produjo el asesinato a tiros del luchador nacionalista y ferviente opositor y denunciante de la Convención de 1907, Santiago Guzmán Espaillat, antiguo horacista y anti-cacerista que había conocido el exilio y la cárcel en el gobierno de Mon.
Este crimen, que quedo impune y fue atribuido al gobierno de Victoria, fue un presagio del carácter dictatorial y represivo que tendría el régimen recién inaugurado.